La reaseguradota acompaña estas reflexiones con algunos datos estadísticos sobre el impacto de las catástrofes naturales relacionadas con el clima en los nueve primero meses del año. Así, se han contabilizado un total de 725 sinistros catastróficos, que han causado 21,000 muertos y perdidas económicas globales de 65,000 millones de dólares. De esta cifra, las perdidas que contaban cobertura aseguradora se valoran en 18.000 millones, un dato que, no obstante, queda por debajo de la media de los diez se valoran en 18.000 millones, un dato que, no obstante, queda por debajo de la media de los diez últimos años (29.500 millones de dólares). Al respecto, MUNICH RE indica que, pese a contabilizarse 13 tormentas tropicales, la temporada de huracanes esta siendo "relativamente benigna hasta la fecha".

Por otro lado, podemos asegurar que persiste el elevado riesgo de desastres naturales en América Latina y el Caribe. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha publicado un nuevo conjunto de indicadores que confirman una vez más la elevada exposición, de América Latina y el Caribe a desastres naturales, y los consiguientes costes económicos y sociales. Por ello se debe trabajar más para reducir los riesgos y preparar las finanzas del gobierno para responder a eventuales catástrofes.

La nueva edición de 'Indicadores de Riesgo de Desastres y Gestión de Riesgos' detalla las perdidas económicas potenciales que podría sufrir en caso de un desastre natural un grupo compuesto por 17 países de la región, y evalúa la eficacia de esos gobiernos en la gestión de estos riesgos.

"Los indicadores muestran que los sistemas y las políticas de gestión del riesgo de desastres en la región, siguen siendo insatisfactorios," afirma el BID. El sistema de indicadores permite a los países evaluar mejor sus riesgos; sirve de guía para la formulación de políticas y acciones gubernamentales para reducir las perdidas humana, financieras, y económicas, además de infraestructura, causadas por terremotos, inundaciones y otros fenómenos naturales.

"La región se enfrenta a niveles significativos de riesgo que, aparentemente, no están siendo considerados en su totalidad por los hacedores de políticas y la sociedad en general. De acuerdo a nuestras estimaciones, América Latina y el Caribe han mostrado niveles insatisfactorias de gestión de riesgos", según Héctor Malaria, jefe de la División de Desarrollo RURAL, Medio Ambiente y Gestión de Riesgos del BID. Añade que, "a fin de mejorar su gestión, los países deben actualizar sus políticas, y mejorar la integración entre los organismos que se encuentran ubicados en el nivel central y subnacional de los respectivos gobiernos, así como invertir para reducir, retener y transferir estos riesgos".

Por ejemplo, el propio Banco Interamericano de Desarrollo va a entregar un préstamo de 25 millones de dólares a Perú para reducir su vulnerabilidad y mejorar su capacidad de respuesta a las emergencias, al ser considerado el país latinoamericano mas castigado por los desastres naturales.

La institución recuerda que es el primero de los prestamos de apoyo a reformas de política para ayudar al gobierno a implementas medidas destinadas a la previsión, reducción y control de los factores de riesgo de desastre en la sociedad y a lograr una adecuada repuesta ante emergencias. El BID apoya así proyecto de Ley Marco para la Gestión Integral de Riesgos de Desastres, con el que se espera que Perú se situé en vanguardia de la legislación sobre esa cuestión, y que fortalecerá el marco normativo e institucional para el manejo del riesgo en las áreas de identificación, reducción, manejo, y gestión financiera de desastres.

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